El arte japones se caracteriza por tener un alto contenido de sexo y violencia. En pergaminos e ilustraciones de manuscritos puede observarse, con todo lujo de detalles, desde un encuentro amoroso hasta decapitaciones y mutilaciones.
Sin embargo, contrario a lo que esto pudiera significar, no fueron los japoneses los primeros en introducir el elemento sexual en sus historietas. Antes que ellos lo hicieron los franceses (Jean Claude Forest), los italianos (Guido Crepax) y los norteamericanos (Robert Crumb). La época del surgimiento de todos fue la misma: los años sesenta, con su liberación de costumbres y movimientos underground.
El punto de partida podría ser el famoso creador de Mazzinger Z, Go Nagai, y su serie Harenchi Gakuen (Escuela inmoral), publicada en la revista Shonen Jump de
El comic erótico era hasta hace unos diez años, uno de los más regulados en Japón, las leyes prohibían la exhibición de escenas sexuales explícitas, vello púbico y genitales, salvo de niños.
Sin embargo, los diferentes exponentes presentaron escenas erotizadas... con adolescentes que tenían unos pechos exagerados. De esta forma, se creó el género rorikon ("complejo Lolita", donde los objetos sexuales eran menores de edad, y cuyo máximo representante es el artista U-Jin) y un curioso fetichismo que continúa hasta la fecha.
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